Una noche de baile, todo lo puede.

La abraza contra sí, le da un beso en el cabello.

No entiende qe es lo que le esa pasando, solo sabe que así, ambos en silencio y juntos esta bien.

Abre apenas la boca para decir algo, pero prefiere callarse. La situación así estaba bien, y eso le gustaba.

Se qued mirandolo, tranquila.

Le da un beso en la cien, mientras acaricia su espalda.

Suelta el aire en sus pulmones al sentir sus labios en su piel, cosa que nunca sucedia. Se queda en sus brazos.

- Pasa algo? - pregunta despacio, hasta él se sorprendia de su comportamiento con ella.

Niega suavemente, volviendo a fijar sus ojos en los suyos, serena.

- Todo esto es tan extraño..- susurra con sinceridad.

- Te entiendo - dice mirandola de la misma manera, no sabia como encarar bien el tema.

Se muerde el labio inferior, aturdida apenas.

Deja que el silencio los envuelva un rato, los gritos provenientes de afuera cada vez son más fuertes.

Se queda mirandolo, como si afuera todo fuera quietud.

- No deberiamos volver a la sala común ya? - pregunta, el silencio, los gritos y las miradas no era algo que vaya del todo con él.

Asiente despacio, saliendo de debajo de su abrigo a pesar del frio.

- Tienes razón, será mejor volver ya..- murmura suavemente, mientras se arregla el vestido.

Le pasa el abrigo, él estaba bien así.

{En un rato vuelvo}

Se acomoda de nuevo y lo espera para salir con él.

{Okas, avisame por msn (: }

Se levanta y va hacia ella, pasa un brazo por sus hombros.

Abraza su cintura suavemente, no tenia verguenza de decir que habia pasado la noche en brazos de él, lo que seria dificil era que le creyeran que no habia pasado nada. Suspira.

Sale de la cabaña con ella, despeinado y desarreglado como estaba. Todos los miran cuando salen, él no mira a nadie en particular.

Oh mierda.

Camina a su lado, sonrrojada. Mira hacia arriba, con el menton erguido.

Saluda a una o dos personas de su casa, caminando todavia. La mira de reojo, se sonrie.

Mantiene su mirada fija en el frente, sin dar atención al resto, escuchando ya los murmullos.

No llega a escuchar uno de los gritos, y opta por ignorarlo. Divisa la huerta, sigue caminando.

Su sonrrojo aumenta, prefiere hacer oidos sordos, se aferra un poco más a él.

Se sienta con ella en un banco - Lils - la llama, mirandola. Toma su menton haciendo que ella lo mire.