Una noche de baile, todo lo puede.

Al final, el invierno crudo los obliga a buscar asilo en la desierta cabaña de Hagrid. LLega de la mano de Black aun, castañeando los dientes.

Cierra la puerta, la abraza para darle calor. Mira el lugar.

Se deja tomar por sus brazos, lo extraño en la noche aumentaba. Se aferra a él, temblando más suavemente ahora.

La deja, se saca el saco de tu traje y lo deja en sus hombros. Con cuidado, le sonrie de lado - Mejor? - pregunta, mirandola.

- Eres muy amable, Black..- susurra con los ojos cerrados, sintiendo el aroma de su perfume llenarle los pulmones, era tan fácil llegar a él cuando no pretendia ser alguien más.

- Lo sé - murmura, acariciando con delicadeza su cabello.

Niega suavemente.

- No, realmente no lo sabes, buscas con desesperación que alguien te diga que eres amable, que no estas podrida como toda tu familia.. ruegas que te digan que queres como Andromeda o Alphard..- susurra, dejandose mimar.

- Yo se que no soy como ellos - musita, no le gustaba que vean lo que él era o dejaba de ser. Era así, y siempre lo habia sido.

- Tu tono te delata, sino no te hubieras puesto tenso..- le señala como le toma con fuerza ahora.

- Ya olvidalo - pide, se suelta de ella. Dejandola con su abrigo, se sienta en la cama de Hagrid.

Suspira, deberia dejarlo ahi realmente y olvidarlo. Pero no, Lily Evans no olvida, y simplemente no sabe dejarlo estar. Se sienta en la cama junto a él y apoya su cabeza en su hombro, apoyandolo en aquello, ella sabia en carne propia lo que era ser despreciado por los suyos.

Siente el gesto pero no dice nada, nisiquiera se mueve, mientras maquina en su mente - Gracias - es todo lo que dice, en un susurro.

- De nada, Si..Black..- susurra en el mismo tono, en momentos como ese. Las palabras sobraban.

- Ya me lo estoy ganando, al parecer - trata de volver a ser más él, y volver a ocultarse en cierta forma. Le sonrie levemente, de lado como siempre.

- No te emociones, Black..- le susurra, sin moverse. Tan tranquila.

- No me emociono, soy sincero - ya está, era Canuto otra vez. Se levanta y se dirige a la mesa - Muero de hambre, que hay para comer? - se pregunta, en voz alta. Buscando con la mirada algo.

Rueda los ojos, lo ignora. Se acurruca dentro de su abrigo y se acuesta en la cama, pequeña y algo friolenta aun.

- No hay nada - se sienta en una silla a un lado de la cama, se cruza de brazos.

Murmura un par de cosas como "Y bueno" o "Qué lastima" pero nada muy claro. Se abraza más.

La mira, gamberro - Duermete - pide, dejando una mano en su hombro.

Voltea sobre sus espaldas y queda frente a él, envuelta en su abrigo, sonris debilmente, castañeando apenas lo dientes, toma esa mano. Sutil y delicada como toda ella.

- Tunei..- susurra.

No sabia que decirle, solo no suelta su mano y la mira.

- Duermete - repite, esta más preocupado por ella ahora.

Se sienta en la cama, lo mira pero no es a él, le sonrie ampliamente.

- Mira tunei, es fácil, has como yo..- toma una margarita que adornaba en su cabello- pon tus dedos sobre la margarita y muevelos asi, y bailara!- exclama niña, mueve sus dedos y sin la varita los petalos se mueven armoniosos. Se esremece al hacer, ese recuerdo con su hermana

- Lily - la llama, para hacerla volver a la realidad. Se sienta junto a ella, y pasa un brazo por sus hombros. Abrazandola - No está aqui, solo olvidalo.. - pide, eso no le hacia bien, para nada bien.

Mira a la nada, esperandola.

- No sabes como me gustaria que no me odiaras..- susurra con pena, abrazandose fuertemente a él.