Un trago...

Entro al tan conocido bar, en el que tantas veces había estado durante las excursiones a Hogsmeade durante su estadía en el castillo. Sonrió apenas, con algo de nostalgia mientras se dirigía a una de las mesas y pedía su trago.

Apoyo su cabeza en una de sus manos distraídamente, observando todo a su alrededor mientras esperaba.

Entra al bar, tranquilo en su caminar, pero ansioso por dentro. Sabía que la vería allí, y era lo que más quería en ese momento. Cómo le había dicho a Sirius anteriormente, la extrañaba y no era un juego.

La busca en una de las mesas, estirando apenas su cuello. Curioso, pero despistado; tan, que no la ve.

Cruza sus brazos sobre la mesa, aún esperando. Los extrañaba tanto a todos… suspiro pesado, necesitaba verlos, las cartas no eran suficientes.
Arquea una ceja al verlo allí y se muerde el labio inferior, escondiendo una carcajada. Había sido siempre tan despistado…

Bufa, casi enojad por su vana busqueda. Es que la tendría a menos de 5 metros y el muy tonto no la encontraba. Va a la barra y pregunta por ella, dando una descripción detallista de Lizz.
El cantinero señala a una chica, y le pregunta si es ella. Él se da la vuelta y la ve.

Le sonrie, bobo. Y es que se volvía así con respecto a ella. Eso no significaba que el no era un bufón casi siempre, pero con ella se volvía, más tonto de lo común.

Se acerca hasta su mesa y se sienta enfrente de ella. Pero sin quitarle la mirada de encima, y sin poder desdibujar esa sonrisa.

Una sonrisa divertida aparece en su rostro mientras lo observa acercarse.

Le mantiene la mira cuando lega a su mesa y se sienta frente a ella, de verdad lo había extrañado demasiado y era lindo y reconfortante poder verlo otra vez.

-Profesor Potter – Su sonrisa se ensancho ante aquel termino, quien lo diría… - ¿Qué lo trae por aquí?

Enarca una ceja, soportando la risa de aquellos comentarios. Si bien sabía que era una broma, no le gustaba que le dijiera así, lo hacián sentir... Mayor?

-Lizz, no me digas así, ya me siento viejo.. - Musita, puchereando levemente. Toma su mano por encima de la mesa - Te extrañe.. - Le sonrie, sincero.

Se ríe por su comentario – Lo siento, pero tenía que hacerlo, recuerdo haberte dicho una vez que yo estaba aquí para molestarte. – Dice, recordando aquella vez que habían ido al lago.

-También te extrañe –baja la vista a sus manos unidas para luego mirarlo, dulce y contenta a la vez.

-¿Y como has estado últimamente? – Pregunta con curiosidad.

-Bien, sorprendido por el hecho de ser profesor, aunque, no te quedaste para atrás Lizz.. - Comenta, ya enterado del pequeño detalle de que ella compartía el cargo de profesor con él.

- ¿Encantamientos? - Pregunta, un tanto confundido. - Oh, claro.. ¿Cómo no me di cuenta antes? Pediste ese trabajo para verme más seguido, cierto? - Una sonrisa de esperanza se le dibuja, entre una que otra risa.

-Claro, ahora me convertí en tu acosadora personal y acepte el empleo solo para acosarte por los pasillos. – Bromeo riendo.

-Aunque en realidad no sabía que ibas a tener ese puesto cuando acepte. Pagaría por verte dando clases. – Comento divertida. No se hacia una idea de el y Sirius pareciendo maduros frente a sus alumnos. Negó con la cabeza levemente para si misma.

Apenas entrecierra los ojos al oirla - Eso fue algo duro.. - Musita, finjiendo estar ofendido. Era cierto que sería extremadamente raro, pero nadie dijo como darián sus clases, y no sabía Sirius, pero al menos él, tendría una manera particular de hacerlo.

- De todas formas me acosas.. - Determina, cruzandose de brazos, mientras se recargaba en el respaldo del asiento.

-Si la idea te hace feliz… - Se encoge de hombros, manteniendo su sonrisa.

-Por cierto, ¿cómo esta Sirius? – Pregunto, hacia ya un tiempo que no lo veía. Frunció el ceño, ¿se había vuelto antisocial desde que había salido de Hogwarts? Suspiro leve, bebiendo un poco de su trago.

Frunce el ceño, entrecerrando aún más los ojos si era posible.
- Supongo que bien.. - Contesta, en su posición anterior. No Cornamenta, dejalos ir, es tu amigo, ella es tu novia, no pasa nada... ¡Al demonio! Era un maldito celoso.
Relaja su expresión, riendose por su pelea mental.

Enarca una ceja al verlo así y suelta una risita – ¿Jammie estas celoso o solo es mi loca imaginación? – Cuestionó divertida, remarcando aquella palabra con cierto aire inocente, inclinándose un poco sobre la mesa.

No podía creer que él aún siguiera con esas ideas.

Rie por su comentario, queriendo disimular el hecho de que ella tenía razón

- No te creas tan importaaante Brandon, no sólo pienso en tí en este momento - Tambien se inclina hacia adelante, dejando dibujar una sonrisa divertida, pero mentirosa. Porque él si pensaba en ella ahora, como en muchos otros momentos.

-Hmmm, no lo hago, y eres libre de pensar en lo que quieras, nadie te obliga a pensar solo en mí, puedes hacer lo que quieras. - Se encogió de hombros sonriendo de lado.

Volvió a apoyar su cabeza sobre una de sus manos, pasando uno de sus dedos por el borde del vaso, haciéndose la indiferente.

Suspira, rodando los ojos.
- Liiiiiiizz.. - La llama, niño - Sabes que sólo pienso en tí, y que era una broma - Aclara, creyendose que realmente estaba enojada, y por supuesto no quería que así fuera.

Lleva una mano a su barbilla y apenas la levanta, con el fin de que lo mire.

Lo mira, escéptica - ¿Sabes? A veces eres muy poco gracioso. – Dijo manteniendo el tono despreocupado, para luego volver a mirar su vaso como si fuera lo más interesante del mundo, aunque en realidad no estaba enojada, simplemente se divertía con el.

Pucherea, sintiendose culpable. Se levanta y se sienta a su lado.
- Perdona, era una broma, es enserio.. - Musita, ingenuo. Queriendo a toda costa que la mire. Tiene esa sensación de que sólo lo esta molestando, pero no se arriesgaría.
- Porfavooor.. - Le dice, ahora cabizbajo.

Miro de reojo su recorrido hasta que quedo sentado junto a ella. Se giro levemente en su asiento y coloco una de sus manos en su mejilla y remarco la línea de su mandíbula con su dedo pulgar, suave - Hmm, tal vez pueda perdonarte… – hizo una mueca pensativa – Pero, solo con una condición.

Asiente despacio, mirandola.
- Cuál? - Enarca sus cejas, esbozando una sonrisa de lado. Pensando en quien sabe que cosas, y el por qué de ellas.
Despues de todo era un hombre, tenía derecho a pensar cosas pervertidas.

Esa expresión… se mordió el labio inferior, casi de forma imperceptible.

Separo apenas sus labios e inspiro – Que, por favor – comenzó de forma lenta, seria, mirándolo fijo, aun con su mano en su mejilla- ,dejes de hacer chistes tan malos. – finalizo con una leve sonrisa.

- Yo no hago chistes malos.. - Contesto, cruzandose de brazos. Pero sin perder el contacto que su mano en su mejilla le daba.
Por un momento se le cruza la idea de los dos como profesores, como dos personas maduras, o en un intento de serlo.. - Espero que los despachos tengan candado.. - Susurra, más para si enrealidad.

-Bueno, no siempre, pero a veces si. – Pellizco con suavidad su mejilla, cariñosa.
-Y en cuanto a eso, probablemente deberías cerciorarlo. – Dijo casi sin pensarlo para luego besar la comisura de sus labios – Y tal vez necesites mi ayuda. – Soltó una risita. Había perdido un poco de su tan característica inocencia en ese último tiempo.

Disculpa? - Murmura, con un tono meloso en su voz. Desde cuando su pequeña Alice, le ofrecía su ayuda, para aquellas cosas.
Abraza su cintura, cariñoso. - Y la ingenua Lizz? - Pregunta, sonriendole de lado, divertido. La mira un momento, y le roba un beso, necesitado de sus labios.

Sonríe en sus labios, abrazando su cuello con sus brazos – Supongo que era hora de que comenzara a despertarse un poco. – ladeo apenas su cabeza hacia un costado, con una especie de brillo travieso en sus ojos. Ni siquiera ella sabia de donde había salido eso.