Primera clase de DCAO.

Llega al salón vacío donde impartiria su primera clase. No le importaba si fueran muchos, pocos o que diablos; solamente queria terminar rápido y salir de allí hacia alguna parte.

Se recarga en su escritorio, dejando caer allí varíos papeles. Sí, nisiquiera eran papeles para la clase, ya había decidido como empezar.

Danielle entró con paso lento al aula, vió a Sirius y algo confundida y sorprendida musitó un bajo "Hola", no había hablado con practicamente nadie, desde el funeral de sus padres, ni siquiera con James.

Levanta la vista cuando escucha la puerta para levantarse de su asiento
casi con electricidad cuando ve entrar a Danielle, y sin pensarlo la
abraza. Él ya se había enterado de la muerte de sus padres, pero no
había tenido la oportunidad de hablarlo.

Le sorprendió la reacción de Sirius, pero en ese momento la compañía le venía bien, se dejo abrazar por el chico.
-Hola Canuto- musitó en voz baja, y mirandolo a los ojos.

Escucha como lo llama pero no sonrie, se sentia fatal por ella - Lo lamento Dan.. - dice antes que nada, enrealidad le hubiese gustado podido hacer mucho más por ella, pero ya no sabía qué. Solo se dedica a mimarla y dejarla en sus brazos, siempre protector de los suyos.

Por primera vez en mucho tiempo se sintió segura, protegida...
Apoyo su cabeza en el pecho del chico y largó un suspiro.
-Gracias- susurró en voz apenas audible.

La acuna en sus brazos - No hay porqué - musita despacio, casi en un susurro. Solamente queria que ella se descargara a su manera y dejara esa fachada de fuerte que estaba aparentando. Acaricia su cabello.

Por mucho que intentó evitarlo, algunas lagrimas corrieron por sus mejillas, se sintió algo avergonzada, pues nuevamente era la niña vulnerable que tanto odiaba, por mucho que tratara, siempre terminaban las cosas asi.

Él pocas veces le habia deseado la muerte a sus padres, y la unica que se acordaba de ellas fue cuando se escapo del número doce de Grimmauld Place. Pero como iba al tema, no se lo deseaba a nadie ahora, y la diferencia era que Danielle los queria, y Sirius no.

Le seca las lágrimas con la palma de su mano, sonriendole con la confianza que decia que podía llorar tranquila.

Lo miró a los ojos, los suyos llenos de lagrimas, y de un gris clarisimo, a diferencia del usual violeta de siempre, la respiracion algo agitada, agradecía enormemente la compañia de Sirius en este momento, esbozó una pequeña sonrisa, cosa que no habia pasado desde hacia semanas.

- Te quiero, Dan - le dice, a Sirius le costaba bastante demostrar sus sentimientos hacia los demás, pero cuando lo hacia se sentia como más, aliviado con la persona por así decirlo. De todsa formas, eso nunca superaria al lado jodón, travieso, degenrado y gamberro de él.

Conocía a Sirius, y sabía que eso le había costado más de lo que parecía, tuvo que ponerse de puntillas, para alcanzar la altura del chico, y le dio un suave beso en la mejilla.
-Yo también te quiero Canuto- murmuró.

Le dedica una sonrisa ante el suave beso en su mejilla, ella lo conocia bastante. Y si bien, había pasado un tiempo en el que no se habían visto, creia todavia saber quien era.
- Y dime, hablaste con James? - le pregunta despacio, dandole tiempo para pensar todo si lo necesitaba.

-Mm, no... no desde el entierro-murmuró- Estoy eperando a que sea la clase de transformacion para poder hablar con el- dijo ya un poco más tranquila, no pudo evitar ver a Sirius distinto, no se habia percatado hasta ese momento, que durante todo este tiempo que han estado juntos, ella sabía sobre su secreto, sobre como el enrealidad era un enorme perro negro!. "Rayos, otra persona a quien esconderle que ya lo se" pensó.

- Ahaaam - murmura, no faltaba mucho para esa clase así que ella y su mejor amigo podrian hablar tranquilos. La observa por un minuto, en el momento en que se convertia en una persona analitica se parecia un poco más a Regulus.

- Qué pasa, pequeña? - pregunta recargandose en el escritorio, mirandola despreocupado.

Salió de su ensimismamiento al oirlo hablar. "pequeña" como le molestaba eso, Sirius y todos los demás la veían como la "pequeña" Dan, intentó evitar que ese adjetivo la molestara.
-Nada, no pasa nada- dijo tranquila. -Una pregunta... como es que eres maestro?, no eres precisamente el tipo de chico que esperaría que diera clases- dijo al tiempo que se montaba sobre el escritorio.

Esas tipicas cosas de 'pequeña' no cambiarian jamás, enrealidad, era un adjetivo que solia usar pero solo consideraba así a una chica allí. Y no puede evitar pensar un momento en esto.
- Ammh, yo tampoco se como paso - confiesa - Dumbledore solamente me ofrecio el trabajo y yo dije sí - cuenta, era verdad. El viejo director parecia creer que lo mejor era que chicos como Alice, Angie, Paris, él & James impartian las clases, y ninguno parecia quejarse.

Sonrió ampliamente por primera vez en semanas -Quien lo diría el gran Sirius Black, como profesor, bueno, el profesor soñado de todas supongo- rió con desganas, al decir "todas" no pudo evitar incluirse, moría por Sirius desde que tenía almenos 15 años, pero hasta ahora James era el unico ser en la tierra que tenía conocimiento de eso.

Le gustaba en parte ser él quien le sacara una sonrisa a Danielle, ella era como la hermanita menor de James, y él podía llegar a considerarla también así a veces. Se rie por lo que ella dice - No puedo evitar ser perfecto, está en mi - musita con total seriedad, como si se lamentara de ser terriblemente encantador. Aunque todo, fuera del egocentrismo, es una broma.

(voy a cambiar de modo de rolear voy a probar con primera persona en vez de 3era persona)
-Debe ser taan duro- le dije con sarcasmo, a tono de broma. -Entonces... sigues viviendo con los Potter?- le pregunté, la ultima vez que me quede en casa de James, Sirius estaba recien llegado y había comenzado a vivir ahí, luego de la huida de casa de sus padres.

{Okas (:}

- Solamente soy una victima del destino - bromea - No fui mi culpa que me hicieran tan perfecto - se excusa, como si aquel fuese un tema digno de discutir. Escucha su pregunta y niega con la cabeza - Ahora tengo mi apartamento, en Londres - le cuenta, había sido un paso luego de acostumbrarse a la forma de vida de los Potters.

Entró en el aula,frunció el ceño casi de inmediato, creia que esa era la hora de defensa.Miró su reloj,luego su horario, no se habia confundido.
Observó a ambos algo sorprendida,pero simplemente se encogió de hombros y entró en el aula, buscando un pupitre lo bastante alejado.
Si la pareja queria tener un momento 'romántico' antes de empezar la clase,ella no interrumpiria, sólo evitaria las nauseas un buen momento.

El haberse ido por un tiempo,definitivamente le tenia mucho mejor.
Jugó con un mechón de su pelo, de espalda a ellos, entretenida.

Vi a Treena entrar al aula y "Que rayos" fueron las unicas palabras que tropezaron en mi mente.
-Yo también estoy viviendo sola- le confesé a Sirius -Vendí la Mansion Silver hace un par de semanas- dije sin darle gran importancia

Pudo adivinar los pensamientos de la chica con sólo mirar sus expresiones que sólo era una más del montón que habian caído en los "encantos" del gryffindor.
Suspiró en silencio,pobre chica, jamás se enteraria de que no tiene ni la más minima oportunidad con el...o al menos estaba segura de que se la tiraría y nada más.
Ése es el Sirius que habia demostrado ser, y la verdad que no entendia porque las chicas no buscaban un principe al estilo de Romeo, y no uno que sólo usa dos boxer,media cabeza y su cama en sexo.
Comenzó a garabatear en su cuaderno, desatenta a la situación, pobre chica, era lo único que podia repetirse.

Volteó a ver la ventana y comenzó a jugar con su apariencia mientras se miraba el reflejo, sus ojos del gris extremadamente claro, volvieron a ese tonto violeta original que llevaba desde el nacimiento, jugó con un mechon de su cabello cambiandolo de tonalidad hasta que consiguió el violeta que le gustaba, era perfecto, miró al chico a los ojos esperando la respuesta, por mucho que le gustará Sirius Black, nunca se enrollaría con el, ella no era la chica que servía para una sola noche, era todo o nada, y sabía que el nunca le daría todo lo que ella pedía, sonrió para si misma, se sentía bien saber que no era una de las primeras que se conseguía y se llevaba a la cama.