No reconozco tus pensamientos estos días, es más fácil estar separados ~

Llega pasada la media noche a la casa de los gritos, era el unico lugar que pudo distingir en su estado. Sí, el tan responsable profesor Black recién salido de un bar, borracho, sin camisa y con corbata. Sube las escaleras de la vieja casa, entrando en una desolada habitación.

No la reconoce cuando se recuesta sobre el semi-sillón donde estaba Atenas, ocupando una parte considerable de este. Comienza a tatarear en voz baja Oh! Darling de los Beatles, y nisiquiera repara en ella.
Sabía que al día siguiente, todo el jodido mundo le daria vueltas y vueltas, y posiblemente se recupere a la tarde luego de una mañana de dormir allí o vayaunoasaberdonde.

Se acomoda allí como si de su propio hogar se tratase, muchas veces él había aprendio a ser comodo, como otras sabía que tenia que hacer varías cosas para terminar ganando lo que queria.

- Quién? - pregunta al escuchar una voz que parecia molesta, es ella quien lo saca de sus pensamientos acortando su canción. Mira a la chica - yo te conozco - musita - Eres la sirenita - totalmente ebrio.

- No estoy mal, yo estoy en perfecto estado - musita luego de una risa corta - Sí, mi sirenita - murmura sentandose en el sillón, le sonrie - De veeeeeeeerdad verdad estoy mal? - cuando él se emborrachaba de verdad, casi siempre tenia su razón de ser. Pero la verdad era que cuando lo hacía sentia que debia hablar de ciertas cosas. Siente su frío contacto en su piel, le sonrie de lado.

- Por qué hice qué? - pregunta, por más que deseara pensar, solamente encontraba respuesta al 'Por qué estás borracho?' y no creia que eso necesitara explicación alguna. La deja sentarse sobre él, mientras le dedica una pequeña y casi indesifrable sonrisa ladeada.

- Ammh, esto - murmura, rememorando que había llevado a cabo la roptura de ellos. No lo entendia muy bien, pero al fin.. Había sido su culpa.

- No estaba listo - comienza, mirandola sobre él, odiaba ver esa mirada apagada de ella, la preferia riendo y hasta peleandolo. Lo cierto es que Atenas había logrado ser la primera relación que le había, importado realmente. No solamente otra chica, sí, por un momento hasta pudo llegar a ser un hombre completamente estable. Gracias a Alanis, también.

- Por eso fue mi culpa - la abraza por detrás, entrelanzando sus manos en el vientre de ella - Lo lamento enserio Atenas - Sobrio, nunca admitiria esto. Ni borracho podía admitir el hecho de que la extrañaba y ella todavia le importaba.

Antes de ser pareja, ella le había caido bastante bien como persona, y por lo menos si no llegaban a algo, deseaba tenerla como amiga.

No se separa de ella - Y como haz estado? - le pregunta, luego de hipar inaudible. Simplemente él no era un alcoholico, sino que le gustaba olvidarse de todo por momentos y sentirse otra vez bien consigo mismo, por así decirlo.

- Es mi culpa, no? - pregunta, eso no necesitaba respuesta. Lo sabía, y desde el día que él le dijo que no podían seguir saliendo sabía como se lo tomaria ella. La conocia de sobras.
Se queda con ella, pensando en que más preguntarle, o esperando que ella hablara.

- Prefiero que no - responde, sabia cuanto le costaba hablar sobre como se sentia o se había sentido Atenas en esos meses, así que opta por cerrar el hocico. La mira en sus piernas, esperando que ella diga algo más.

Sí, era verdad que no tenia conciencia, o por lo menos no una parte, pero le haría bien a ambos tener esa charla.

La escucha y niega con la cabeza, él nunca la había usado - No, fuiste más que eso para mi - le cuenta, y así era. Ella había sido la primer novia estable.

- No me entiendo yo, no pretendo que lo hagan los demás - musita simplemente, eso era una gran verdad. Ni él mismo podía aclarar sus ideas en los ultimos meses, pero eso era algo realmente suyo que debia resolver.

La acurruca más en él, rodeando su cintura con sus brazos y acariciandola con sus largos dedos de pianista. Le dedica una sonrisa, solamente pedia que por lo menos le de algún tiempo.

Acarcia su nuca, sin querer estremercela pero consigiendolo de todas formas - Pero aún así, te quiero - le dice seguro de esto, sea como amiga, novia, o simplemente persona él la queria. Y tal vez cuando apenas la vió, alguna parte de él fue lo que lo impulso a llevarla al castillo, cosa que no haría con una desconocida total sin sentir esa rara necesidad.

- Lo sé, pero siempre es bueno saberlo - murmura, mirandola también. Allí en sus brazos siempre tan frágil parecia, pero ella era todo lo contrario. Se queda abrazado a su cintura, besandola también. De alguna forma, Tenxta le transmitia cierta paz y la posibilidad de olvidarse de todo, y eso le gustaba.

La siente sonreir en sus labios, pero no hace absolutamente nada. Solamente la besa con la misma intensidad de cuando salian, le gustaba verla así. No le gustaba ver la falta de brillo en sus ojos, y la expresión de tristeza en su cara. Además, ella sabía cuanto le dolia verla así. Se recuesta en el viejo sillón con ella encima.

La mira, se veia realmente adorable así. Esboza una sonrisa divertida, mientras acaricia despacio su cintura. Se separa un momento de sus labios - No deberiamos estar haciendo esto - empeza, tomandola del mentón para que lo mire - Pero sin embargo me gusta - termina, él si queria podría mentirle, pero no lo deseaba enrealidad.

- Siempre lo supuse - bromea, no podía evitar sacar un pequeño lado egocentrico con ella. La conciencia había vuelto a él hace momentos nada más, pero no pensaba ni hablar de ello. Solamente se mira un momento, desalineado y sin la camisa con ella arriba. - Teeeenxt - la llama, subiendo su vista a ella.

- Nunca dije que era el mejor - aclara - Solamente que te encantaba - afirma por completo, con esa sonrisa ganadora y gamberra suya. Deja esto claro para pasar a lo otro, asiente suavemente - Tuvimos sexo o algo así? - le pregunta, por más que ella ya supiese que estaba borracho.

La mira, solamente a la espera de una respuesta. Suelta una risa cuando ella habla - Tenxt, creo que ya deberias saber que no necesitas que yo este borracho para aprovecharte de mi, nisiquiera necesitas violarme sobrio - le deja en claro. Tal vez, con más de un sentido.

- Dos cosas señorita Black, la primera obviamente debemos hablarla, y para la otra, no necesitamos ni eso, ni ropa - termina pervertido, directo como él solo. - Empezemos con el hecho de que me entere de que cierta persona se quedo sin hogar - alza una ceja serio, le molestaba más allá de todo que ella no se lo hubiese dicho.

Niega para sí al escucharla, rotundo - Atenas, no finjas que realmente quieres hacer primero el amor - le pide - Además, sabes bien que podríamos tener sexo y hablar - sonrie de medio lado, completamente tranquilo - Así que, conseguiste un lugar para quedarte? - pregunta.

Se rie sin poder evitarlo, masculino como él era. - Peeero, entonces por eso mismo debemos hablar ahora - le dice, aprovechando al maximo la situación - Entonces, puedes quedarte conmigo - ofrece tranquilo, no era la mejor idea considerando que ella era, justamente su ex novia, pero también era una buena oportunidad de hablar. - Alanis volvera mañana - cuenta con esa sonrisa babosa cuando hablaba de ella - Y excepto que cambie de planes y decida quedarse con sus padres, no creo que le moleste.

- Pero sabes cuanto le agradas - ignora el hecho de que su pequeña le había dicho que seria la madre. Ese momento había sido un tanto incomodo. - Di que sí, además, te necesito para.. controlar la ira contra Tonks en el altar y en el ensayo - inventa, solamente queria cuidar de ella.

Es que sino ¿Qué haria ella? - Se que es así, pero entonces aceptas Tenx? - inquiere insistiendole. Acurrucandola en él, mirandola con una sonrisa imborrable en su rostro. Solamente queria cuidarla, eso era todo.

- Qué bueno porque varías de tus cosas ya están allá, y hasta te prepare habitación - le informa, él siempre sabía de sobras lo que iba a pasar. Además de que tenia a James como amigo.

Se rie despacio - No se si necesariamente de cristal - broma, él nunca cambiaria. Era como sus amigos, un merodeador incansable.