Tus ropas caen, lentamente. Soy un espía, un espectador! ♪

Llega al tan visitado Caldero, en un fin de semana. Se pasea por el lugar, saludando uno que otro conocido, uno que otro amigo de su anterior año. Nunca se había imaginado afuera de Hogwarts. Y menos, como profesor de una de las materias que más odiaba: Transformaciones. Pero todo sigue su rumbo, y él no había hecho. Se sienta en la barra y pide un wisky de fuego, mientras recuerda tonterias de los años pasados en el colegio.

Más de una vez en esa semana, sentia que los lugares donde había bebidas alcoholicas, sean muggles o magicas, estaban hechos para él ahora.

No podía esperar a volver a Hogwarts, por más que sea para impartir clases, NECESITABA caminar por esos pasillos con libertad, esa que solamente había encontrado en el castillo, con esa gente tan diferente.

Había aceptado el trabajo que Dumbledore le había nombrado, a primer instancia y sin vueltas. Pero al pensarlo más tarde, quedaba atónito con sólo pensarlo.
No era que se arrepintiera, para nada. Y si bien tenía ganas de quitarle puntos a los Slytherin que abordaran su materia, no lo haría. DEBÍA ser alguien responsable.
Si claro, como no.

Se sienta en una mesa del Caldero Chorreante, trás encontrar a una vieja amiga suya, Dominique LeHavre. Es él quien, a pesar de todo caballero, le invita algo de tomar mientras ella le cuenta sobre su nuevo reto, el trabajar en el Hospital San Mungo.

Parece tentarse cuando él le cuenta de su oficio en Hogwarts, esperaba esa reaccion de varías personas.

Se arremanga la camisa, y acomoda el nudo de su corbata. Tenía que admitir que los trajes le quedaban mucho mejor de lo que tenía pensado.
Recibe su wisky y le da un trago, para luego volver a dejarlo sobre la mesa. Seguía con la intriga de conocer quien más en Hogwarts, sería profesor ese año, y conociendo al director, ideas no le faltaban.

Charla un rato más con ella de la vida luego de los malditos estudios, si que se le hacian dificiles, y como no lo seria después de pasar tanto allí?

Ella se despide de él con un abrazo fuerte y un más que cariñoso 'nos veremos pronto, Siri' al que él le corresponde.

Se levanta dispuesto a salir de allí cuando ve a James allí, se acerca sigiloso a su mesa, con su tipico y despreocupado andar.

Toma otro trago a su bebida, a poco de terminarla. Detallando de que el vaso, no era de un tamaño muy grande especificamente. Vuelve a dejarlo en la barra, pero en un movimiento sordo y seco.

Suspira, frunciendo los labios, moviendo apenas su cabeza de una lado a otro.

- Es lo que nos queda, no Potter? - pregunta bromeando, sentandose junto a su amigo en la barra y haciendole señas al cantinero para darle un wisky de fuego de esos grandes que lo dejaban bailando la Macarena arriba de las mesas, por así decirlo.

-Al parecer si, Canuto.. - Se rie junto a su amigo, sin moverse demasiado de su lugar. - Profesores, que caray.. - Bromea riendo, es raro que con él se lo tome tan fácil ese tema. Sabiendo que hace un rato, cuando estaba solo, o creía estarlo, pensaba en eso como la catastrofe mundial.

- Ajáam - solamente dice, sin prestarle tanta atención al tema enrealidad. Espera su wisky tranquilo, pensando en como seguirian todos en Hogwarts y por supuesto, las personas que aún estaban allí.

- Como está Lizzie? - pregunta de repente, no hacía mucho que veia a su amiga, pero todo sea por un poco de buena charla.

-Estoy igual que tú con respecto a ella, hace bastante no la veo.. - Murmura, con un tono algo pesado. La extrañaba bastante esos días.

- Y tú, qué cuentas desde la ultima relación "seria"? - Pregunta, dudaba que su amigo, Sirius Black, estuviera con alguien, que no sea por más de una noche. Porque así eran ellos hace unos años, y el ojigris, bueno lo seguia siendo.

- Qué lastima - murmura, extrañaba a Lizz, esos días necesitaba volver
a las viejas epocas en parte, no porque se sintiera viejo porque eso
nunca pasaria, sino por el simple hecho de recordar.

- Nada importante, sali con una chica unos días - le cuenta, realmente
no se sentia preparado para retomar otra relación, o tal vez, aún no
encontraba a ESA persona desde Atenas.

Asiente, tranquilo, mientras observa como la mesera le trae los wiskys a cada uno. Y si su vista no fallaba, la muchacha había guiñado a Sirius antes de irse.

-Tú si que las matas.. - Sonrie de lado, divertido. Toma un trago de su bebida, para luego dejarla sobre la mesa y volver su mirada a él - Que lastima.. - Musita, sinceramente, quería que él estuviera con alguien, bueno, le gustaría verlo bien.

No puede evitar reirse al escuchar a James y ver
a la joven mesera guiñarle, sí, a él también le gustaria algo más
estable. Pero estaba en él ya ser así, y no sabe si está listo para el
cambio.

- Oh sí, las traigo muertas - bromea también con su mejor amigo,
negando con la cabeza. Toma de su wisky de fuego, ya era enserio que le
pasaba como agua.

Deja una mano sobre la mesa, y se recarga en la silla, más que comodo. Tamborilea sus dedos en esta, frunciendo los labios.

- Sirius, realmente yo no te entiendo.. - Tal vez era un comentario un poco duro, pero se suponía que si él, que era como su hermano, no lo entendía, Sirius tampoco debía de hacerlo.

Lo escucha y lo piensa dos veces, sí, el tampoco se entendia - James, si no puedo ni con mi lechuza como voy a poder aguantar a una chica? - pregunta intentando usar siempre ese tono despreocupado y bromista que queria aparentar, pero a veces eso no le era suficiente.

Aún no entendia como mierda había cuidado ese tiempo a Alanis, es decir, con ella parecia un hombre totalmente diferente, y tal vez esa era una de las razones de su cambio cuando sus padres reclamaron por verla.

Sigue con los labios fruncidos, como si pensará. "Como", era la palabra clave.

- Sirius, las cosas no se arreglan saliendo con chicas por algunos días, o tomando, o golpeando a Zaphira.. - Murmura, sorprendiendose a si mismo de como se tornaba, al parecer, el maduro de la conversación.

Él no se tomaba las cosas así, eran simple habitos suyos y le jodida tremendamente que su mejor amigo viniera a retarlo como si de su madre se tratase, si, tal vez por eso justamente no le prestaba atención.

- James, no es así - se digna a decir, además de todo eso, a Zaphyra no la golpeaba, solo había sido una vez, y .. digamos que se lo merecia.

Suspira ante su negación, no le gustaba irritarse, pero en casi nulas ocasiones, le pasaba.

-Entonces dime, Canuto, ¿Cómo es la cosa? - Tal vez los 18 años, hace poco cumplidos, lo estaban mandando a la mismisima mierda. Osea, al lugar donde el no quería ir, por nada de mundo.

Aún mantiene los dedos sobre la mesa, lleva esa misma mano al vaso y este a sus labios, tomando otro largo trago.

- No lo sé Cornamenta, y realmente ya no me importa - responde con simpleza, ahora sí podía decir con toda tranqulidad el tipico 'Era lo unico que me faltaba'. Solamente queria que su princesa volviera, terminar el año y olvidarse de todo.

Se acaba su bebida, dejandola en un golpe seco sobre la mesa, sin ser aproposito claro, sino por falta de interés.

Enarca sus cejas ante su gesto, pero luego se da cuenta que no fue intencional.
- Estas seguro con lo de ser Profesor? - Pregunta, pausadamente, para luego dirigirle una mirada suspicaz - Digo, por Atenas.. - No quería hablar mucho del tema, pero tampoco quería que se arrepintier a mitad del año o algo así.

Lo escucha y nisiquiera duda en responder, estaba orgulloso en partre de su nuevo empleo - Pues claro que.. - escucha el resto y asiente ahora, no creia que ella se hubiese tomado tan mal su roptura enrealidad, o por lo menos no se lo había tomado mal cuando él le corto al casi fin de curso.

Rueda los ojos, resoplando.
- Cómo crees que estará ella? - No es una pregunta, si no una afirmación en busca de otra. Sirius la conocía, él sabría como estaría. Y después de todo, era una mujer. De todas maneras, suponía saber que era lo que había pasado en aquel determinado momento. Ella había fingido no estar mal, para luego romper en llantos. Y Sirius, le había creído.

Él sabía en una parte enterrada que ella se lo había tomado realmente mal, pero no lo entendia del todo, si él era un maldito y lo sabia. Además, había sido su culpa después de todo, como casi todo el resto de las relaciones.

- No lo sé - responde, se le notaba en su voz que no deseaba hablar de Atenas, o por lo menos no ahora.

-De acuerdo - Termina, levantando sus brazos solo un poco. - No diré más nada, no hay por qué hablar del tema.. - Murmura, aunque susurra unas palabras inaudibles al final de esa oración.
Toma el ultimo trago de su wisky, acostumbrado a la velocidad en terminarlos, y pide otros dos, si iban a tomar, tomarián como era debido.